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Se utilizó maíz contaminado con micotoxinas (1,2 mg ZON y 8,6 mg DON por kg de maíz) que fue incorporado en una dieta a base de maíz a dosis crecientes (0, 6, 12,5, 25 y 50%) sustituyendo al maíz control. Estas dietas se distribuyeron entre 100 lechones hembra de distintos pesos (12,4 a 32,5 kg) separadas en 5 grupos experimentales.
El consumo de pienso y el crecimiento de los animales que recibieron la proporción superior de toxinas fue significativamente inferior, aunque el IC no se vio afectado. El peso medio del útero en relación al peso vivo fue el doble en los animales que recibieron la dieta con 50% de maíz contaminado que en el grupo control (p<0,05). Por otro lado, todos los grupos de animales que recibieron maíz contaminado (incluso 6%) tuvieron una concentración inferior de FSH en el plasma que el grupo control (p<0,05). Además, las concentraciones plasmáticas de DON y sus metabolitos y las concentraciones en la bilis de ZON y sus metabolitos se correlacionaron muy bien con los niveles ingeridos, (r=0,957 y r=0,844) aunque también se detectaron restos de ambas toxinas en la orina de los animales.
Según este estudio, los efectos de la zearalenona y deoxinivalenol empiezan a ser evidentes en animales jóvenes a concentraciones muy bajas, cercanas a 1ppm en el pienso. Sin embargo, es posible detectar la ingestión de estas toxinas a partir de muestras de orina e incluso determinar la cantidad ingerida a partir de análisis serológicos. Sigue sin conocerse bien una relación dosis respuesta.
S. Doll, S. Danicke, K.H. Ueberschar, H. Valenta, U. Schnurrbusch, M. Ganter, F. Klobasa y G. Flachowsky G. Arch Tierernahr 2003. 57(5): 311-334
